
2025-01-02
Columna de Arturo Núñez: “Un buen sorteo”
“Nunca digas “no puedo”, porque puedes hacer todo lo que te propongas”, me decía un preparador físico que tuve siendo adolescente.
“¿Sabes sacar? ¿Sabes pegar un derecho y un revés? Sí, ¿cierto? Entonces, puedes competir ante cualquiera”, me repetía un entrenador durante la misma etapa de mi vida.
Hoy, valoro mucho lo que ambos intentaban transmitirme. Pero en esa época, solo fueron palabras que memoricé sin internalizarlas, porque no creí en ellas.
No me di cuenta que eran apoyos fundamentales para la frágil confianza de un jugador como yo, que competía sin cosechar grandes éxitos.
Así que cuando supe que me correspondía enfrentar al primer sembrado del cuadro de un torneo de importancia, el nerviosismo se apoderó de mí.
Durante el partido, gestioné muy mal la tensión que me generó el jugar con un adversario extranjero, con buen ranking internacional. Por lo tanto, perdí con facilidad, dado que mi rendimiento estuvo lejos del habitual.
En realidad, nunca creí que contaba con las armas necesarias para imponerme. No confíe en mí. Tampoco en quienes trataron de ayudarme.
Además, aún no comprendía que era un lujo enfrentar a un oponente de semejantes pergaminos, ni que yo tenía el privilegio de poder jugar suelto, libre, pues no tenía la obligación de vencer, ni demostrar nada.
Era mi rival quien debía ratificar en la cancha, su enorme superioridad.
Me presioné demasiado por probar que podía ser un oponente digno, programado en una cancha central.
Y al final, no disfruté el partido, ni fui un adversario que vendió cara su derrota, porque perdí 6/1 6/2.
De esa manera aprendí, que no hay que cargar con responsabilidades ajenas.
Yo solo debí relajarme y entrar a la cancha a pasarlo bien, vivir la experiencia y llevarme un aprendizaje significativo.
Ese era el regalo escondido, tras el duro sorteo que me tocó.
Pero no supe verlo así en ese momento.
Todavía no estaba preparado para entender que, cuando se compite, el triunfo no es lo único valioso.
Tampoco sabía que también puede llamarse un buen sorteo, el enfrentar al mejor jugador del campeonato en primera ronda, en la cancha central.
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