Existen normas básicas en el periodismo, independiente de que el criterio editorial muchas veces depende y obedece a los intereses empresariales y ello conlleva a caer en ciertas subjetividades, propias de lo que imponen quienes son los financistas de los medios de comunicación de masas.
Llevo más de 15 años en esto y he pasado por toda una metamorfosis en la industria de los medios de comunicación: desde la máquina de escribir, la grabadora con casette y el fax en mi primer año de periodismo, hasta la irrupción de nuevas tecnologías en todo ámbito y desde distintos aspectos cotidianos, laborales, educativos y por supuesto, profesionales.
Aterrizando en lo profesional, si hay algo que no debe cambiar en el ejercicio del periodismo son los principios básicos. En ese contexto, cimentar y preservar las bases para informar y entregar elementos de juicio responsable a la opinión pública.
Más allá de ser latero con los códigos de conducta de los medios de comunicación y los principios, valores y obligaciones del oficio del periodista, quisiera tocar (espero no herir susceptibilidades) la nota que el diario La Tercera hizo a la chica Jimar Gerald, enfocada en lo que significan las repercusiones, más allá del mero hecho de informar.
Reitero, el filtro editorial de los medios y la posibilidad de informar, sumado a la libertad de expresión, coartada durante décadas en nuestro país, puede obedecer a un criterio de romper con el equilibrio normal de la sociedad y además anexar los ya conocidos “elementos de la noticia” (conflicto, progreso, interés humano, suspenso, rareza, relevancia y/o consecuencias importantes para la gente). En ese contexto, estoy de acuerdo con que el periodista que redacta la nota busque un gancho que invite a visitar el artículo.
Lo que me provoca resistencia, es encontrarme con que esta chica nunca ha sido deportada, ni mucho menos tuvo problema alguno en Estados Unidos a nivel indocumentación ni violación a la tan manoseada Ley de Inmigración.
Se entiende que para el gobierno de Donald Trump, como bien lo adelantó en la campaña electoral, deportar al mayor número posible de inmigrantes en situación irregular es una prioridad y además los indocumentados condenados por delitos graves o que supusieran una amenaza para la seguridad nacional dirían adiós al país de las oportunidades.
Sin embargo, la mamá de Jimar Gerald, en entrevista que realicé para el sitio Punto de Break señaló que “viajamos a Miami, con mucho esfuerzo e ilusión. Durante tres años, estuvimos con visa de turista en Estados Unidos, pero desde que asumió Donald Trump, decidimos tomar los resguardos necesarios. Durante ese periodo no hubo ningún problema con esta visa, la cual dura 6 meses y nunca hubo cuestionamientos respecto a su entrada y salida al país”, aclara Margarita González.
“No hay inconveniente alguno, incluso quisimos tramitar la visa de deportista que dura 5 años, contratamos un abogado y justo coincidió con el cambio de gobierno EEUU, nos negaron la visa hasta que tuviera puntos WTA. Nunca se nos han cerrado las puertas ni deportado, podremos retomar ese trámite cuando Jimar obtenga esos puntos”, complementa la madre de Gerald, quien lamenta el hecho de sacrificar bienes (casa, auto dinero) para ver coartada la ilusión de seguir el proceso formativo en USA.
Por consiguiente, el tema más allá de generar incomodidad e inexactitud, arrastra a una familia que con mucha tristeza debió ver interrumpido el sueño de una deportista que tampoco debemos obviar, es una menor de 15 años y debe tener un tratamiento un tanto “sutil”ante un hecho de estas características.
Otro de los principios del periodismo manifiesta que nosotros como profesionales no debemos dañar a nadie. Lo que publiquemos puede ser hiriente, pero debemos ser conscientes del impacto de nuestras palabras e imágenes en las vidas de los demás. Más allá de las intencionalidades (no juzgo eso, siempre tratamos de actuar de buena fe), el tratamiento y enfoque de una noticia debe ser tratado con pinzas.
Es necesario señalar que deportar a un inmigrante que está de forma ilegal en EE.UU puede implicar un proceso judicial de meses e incluso localizar a quienes tienen orden de deportación puede ser complicado. Un inmigrante aun estando en falta con las leyes de inmigración no está cometiendo una falta criminal, sino civil, y tiene varias posibilidades para evitar la deportación. Incluso, regularizar su estatus, diferir ese proceso o solicitar asilo si no cometió algún delito grave.
El tema no es fácil, de hecho el volver a Chile, con una realidad como la nuestra ya es pésima noticia para una chica que además tiene condiciones y en algún momento podrá volver a Estados Unidos ¿Quién sabe si en un plazo breve logra ese ansiado punto WTA y obtiene la visa de deportista?
La mayoría de las historias tienen un lado B.En ese contexto, eché de menos la visión de la embajada, de Policía Internacional y ver otros casos similares, ejemplo lo que sucedió con Marcelo Plaza en Europa. Equilibrio ante todo.
El periodismo es objetivo dentro de la subjetividad de quien se planta frente a un teclado o un micrófono, pero informar imparcialmente genera credibilidad y confianza.
Por: Rodrigo Sánchez