Muchos lo sugerían hace rato. Pero Nicolás Jarry parecía no estar de acuerdo.
Hasta que dio el paso, y le puso término a la relación laboral que lo unía con su entrenador, y tío, Martín Rodríguez.
Quienes están a favor del cese de funciones del técnico argentino, argumentan que Jarry tuvo una temporada demasiado irregular en cuanto a resultados.
Para mí, este es el mejor año de la carrera del espigado tenista chileno. Lo afirmo ya que ganó su primer título ATP, en el torneo sueco de Bastad. Además, ratificó su permanencia entre los 100 mejores del orbe, grupo compuesto por lo más selecto del tenis mundial.
Ante eso, resulta complejo asimilar la determinación de “Nico”. Nadie puede pretender que un coach lo haga ganar siempre. Ese profesional no existe.
Este caso me trae a la memoria el vínculo entre Rafael Nadal y su tío, Tony, que también era su entrenador. Rafa ganó todo con él, pero también se mantuvieron unidos cuando no consiguió los triunfos esperados.
Nadal jamás se planteó separarse de él por ese motivo, y acertó. El español siempre ha tenido claro que su tío no solo le enseñó a jugar tenis, sino también a vivir. Y por eso, el respeto hacia su mentor es mayúsculo.
Si hoy ya no viajan juntos, se debe exclusivamente a una determinación adoptada por el propio tío Tony.
Intuyo que la decisión de Nicolás Jarry se explica más por un desgaste del lazo con su técnico, que por algo ligado al rendimiento deportivo.
Los viajes, entrenamientos y partidos suman una gran cantidad de horas al día con la misma persona. Con el paso de los años, todo ese tiempo acumulado puede reforzar o resentir las relaciones humanas.
A veces el jugador necesita un cambio, que puede consistir simplemente en que otro coach le diga lo mismo, pero de una forma distinta.
En fin, por la razón que sea, lo concreto es que “el príncipe” y Rodríguez ya no conforman la dupla que recorrió el mundo por varias temporadas, en busca de los esquivos puntos ATP.
El tiempo dirá si la decisión adoptada por el deportista nacional, fue la mejor. Por el momento, no hay pistas que permitan vislumbrar el nombre del sustituto del entrenador trasandino.
¿En qué aspectos debería enfocarse el nuevo coach de Nicolás Jarry?
Creo que tendría que dedicarle bastante tiempo al servicio, la consistencia desde el fondo de la cancha y la adecuada elección de los tiros.
La envergadura física del chileno le permite cubrir la red de manera apropiada. Por lo tanto, su futuro técnico debería incentivarlo a acercarse con mayor frecuencia a la malla, para terminar los puntos con su volea.
Acortar los peloteos, subiendo a la red más a menudo, disminuiría su desgaste físico. Además, estaría menos expuesto a cometer errores no forzados.
En la elite del tenis, donde Jarry compite semana a semana, está casi prohibido equivocarse.
Arturo Núñez del Prado
Periodista
Profesor de Tenis
arturondp@gmail.com