Los últimos meses no han sido fáciles para el tenis chileno. Desde la salida de José Hinzpeter, se ha sembrado un manto de dudas respecto a la transparencia con que se han manejado los recursos de la Federación de Tenis de Chile. Y no sólo eso: el deporte blanco de nuestro país, se ha visto envuelto en complicaciones desde el punto de vista dirigencial y administrativo, ha caído en un peligroso estigma y al mismo tiempo en una suerte de desconfianza, que ha llevado a la desolación y orfandad a quienes dirigen los destinos de nuestro tenis.
En ese contexto, resulta doloroso el apreciar los conflictos de intereses, las acusaciones cruzadas y lo que ha resultado ser la “farandulización” de esta actividad, situación que ha terminado siendo alimento para algunos medios de comunicación, que basan su línea editorial en lo que ellos consideran “noticia” y principio de “prominencia”. Cabe señalar que están en su derecho, sin embargo, siento que el hecho de focalizar las portadas y primeros bloques de los noticieros en allanamientos e incautación de documentación del OS7, hablar del interventor como el tipo que recorta los recursos y prácticamente revisa hasta los cajones del escritorio del presidente saliente Ulises Cerda, o dejarnos llevar por la crítica fácil y poco constructiva, dificulta el ansiado proceso de “lavado de imagen” de las oficinas de Cerro Colorado.
Siento que la batalla contra Hinzpeter y el esclarecimiento de lo que sucedió durante su mandato, esta prácticamente perdida, se hizo un trabajo de “joyería” y se rodeo de gente muy hábil, que lo asesoró muy bien y tiene la habilidad suficiente, que tiene cualquier delincuente de “cuello y corbata” para hacer la maniobra perfecta. En buen chileno, un acertado “cuento del tío”…hay que tener poca vergüenza para ello. Un tremendo y doloroso despilfarro.
En ese sentido, me gustaría destacar el trabajo de Ulises Cerda. Tuvo sus ripios como lo acontecido en la serie de Copa Davis y la desastrosa cancha presentada en Iquique contra Colombia y la poca transparencia para aclarar lo sucedido en el caso apuestas con Juan Carlos Saez y Ricardo Urzúa, que costó la salida de Rodrigo Cortés por la filtración del cuestionado correo electrónico que llegó “mágicamente” a un matutino, pero los temas de asignación y distribución de recursos para los juniors y otros temas como los premios de Copa Davis y los viajes al extranjero de nuestros representantes del tenis masculino y femenino, debieron ser generados con mucho esfuerzo y golpeando puertas, además no debemos obviar que desde mediados de año toda asignación de dineros pasaban por la figura del interventor. Aquí, es importante señalar que en un año “de transición” no se puede enmendar el rumbo de lo que fue prácticamente una década de manejos turbios.
Dicho esto, siento que la nueva Directiva escogida esta mañana, parte en un camino pedregoso, cuesta arriba y muy difícil de manejar. No estoy expectante, creo que el proceso y la campaña de la blancura del tenis nacional, no logrará un equilibrio inmediato, será una larga y extenuante tarea, la cual para llegar a salir de los números teñidos de rojo va a tardar la misma década que demoró el señor Hinzpeter en destruir lo que construyó con gran esfuerzo Carlos Herrera. Que desperdicio, que pena.
En ese sentido, nuestro nuevo presidente, el talquino Óscar Rojas, más que centrar su discurso en el hecho de “masificar” el tenis, creo que tiene que buscar con urgencia limpiar la imágen de la Fetech, con un discurso claro y enfático, con la finalidad de recuperar las confianzas y reencantar a aquellos actores que permitirían reimpulsar la actividad. Se necesitan recursos y mostrar que existe preocupación por contar con una inyección monetaria que vaya equilibrando la balanza. No es una tarea simple, pero es necesaria.
Ahora bien, si hablamos de masificar el tenis, le pido a la nueva directiva que abra el abanico y vea más allá e incluya o integre a “todos” los actores. No puedo concebir que existan comunas que no tienen ninguna cancha de tenis: CERO. Eso sólo por dar un ejemplo. El tenis no es un deporte de “cuicos”. Vean y analicen casos exitosos, por ejemplo el de Tandil y la forma en que fomentan este deporte.
Además, se debe trabajar en una estrategia comunicacional que posicione el discurso de un trabajo multidisciplinario en la Fetech. La idea es realizar una prospección de escenarios, que nos lleve a analizar quienes son aliados y quienes buscarán a toda costa mantener el discurso pesimista de que el tenis está “quebrado”. La idea es fomentar la propuesta de una mesa de trabajo que mezcle a gente experta en números, los expertos en tenis, en formación, pero también profesionales del área marketing, que potencien a este deporte como una marca, un producto, gente del área comercial y ventas para hacer el “puerta a puerta” y por cierto avezados en temas de manejo de crisis y contingencia.
La nueva dirigencia ya cuenta con una ventaja: pretende hacer una reforma del Circuito Nacional de Menores, la cual acercará a los chicos a practicar este deporte. No debemos obviar que en Chile hay talento…es cosa de revisar la historia. Para mi (pese a que es una afirmación sesgada y subjetiva) el tenis es el deporte que más éxitos le ha entregado a nuestro país.
Finalmente, creo que el señor Rojas es asertivo al afirmar que “los protagonistas no somos los dirigentes”. Espero que de una vez por todas, los focos sean direccionados a lo que ocurre en cancha. El común de la gente debe entender que no todos los tenistas son top ten y que la generación dorada que tuvimos, fue una excepción basada en esfuerzos personales, más que en los méritos de un sujeto que usufructuó y aprovechó la contingencia o mejor dicho, la oportunidad de llenarse los bolsillos de dinero.
Reitero: pensemos en lo integracional, no en los protagonismos personales, existe mucha gente que puede aportar, que tiene experiencia y casos de éxito por ostentar, sin embargo, lo primero es ordenar la casa (por ahora Cerro Colorado) y aquí cobra vital importancia el trabajo de Cristián Ramírez y Luis Cárdenas, pero además, quiero desear el mayor de los éxitos a Enrique Liberona (vicepresidente); Patricio Méndez (secretario); Mauricio González, Enrique Alul, Matías Bobadilla, Juan Bugueño y Carlos Zapata (directores), en esta nueva aventura que tendrá una duración de 4 años.
Y por cierto, que Óscar Rojas sea el hombre que reimpulse la actividad en nuestro país. En esta etapa, le otorgo el margen para que vaya a los medios de comunicación y presente o exponga su plan y programa de trabajo. Una vez realizada esta difusión, lo quisiera ver trabajar y demostrar cosas con actos más que palabras. No olvide señor presidente que en Chile existen más medios de comunicación que El Mercurio para entregar exclusivas. Ojala la Fetech adopte el modus operandi de “puertas abiertas”, lo que también ayuda a potenciar la idea fuerza de la buena imagen y así escapar de las estigmatizaciones que nos mantienen sesgados a los medios de comunicación y por ende a la opinión pública.
Por: Rodrigo Sánchez