En poco tiempo, tres entrenadores de nivel mundial han pasado por Chile. El primero fue Javier Frana, a fines de 2018, y lo siguieron este año Gustavo Luza y Larry Stefanki.
En su exposición, Frana recalcó que el tenis es un deporte de tiempos y espacios, especificando que se debe intentar quitarle tiempo al rival, y administrar de la mejor manera posible el propio.
Me gustó su definición de tenis, a través de los conceptos de tiempo y espacio, que escapa a lo que había escuchado con anterioridad.
El argentino enfatizó que, para él, la prioridad en el tenis la tiene el no cometer errores, y que no es lo mismo jugar lindo que jugar bien.
¡Cuánta razón tiene! ¡Saber pegarle a la pelota no es lo mismo que entender el juego!
Su compatriota Gustavo Luza, por su parte, explicó que no siempre se debe apuntar al espacio vacío de la cancha, e invitó a recurrir más frecuentemente a la pelota a contrapié.
La diferencia entre los errores de decisión y ejecución, fue otra de las interesantes temáticas que abordó.
Tópico esencial, por cierto, ya que si la elección del tiro es equivocada, la pelota no va entrar nunca aunque el jugador lo intente mil veces.
Si solo se trata de un error de ejecución, en tanto, bastará con realizar los ajustes técnicos necesarios y asunto arreglado.
El profesor debe tener el ojo adiestrado para distinguir de cuál de estas dos situaciones se trata, tarea nada fácil.
El ex capitán de Copa Davis de Argentina también se explayó sobre las ventajas del derecho invertido, y la velocidad en el juego. “Todo lo que va rápido, vuelve rápido”. afirmó.
Pongan atención, entonces, quienes disfrutan pegándole siempre fuerte a la bola. A veces conviene y otras no tanto, sobre todo si no se está bien ubicado en la pista.
Larry Stefanki fue el tercero en pisar nuestro territorio.
El ex técnico de Marcelo Ríos y Fernando González le dedicó largos minutos a la importancia del juego de pies, lo fundamental del balance al momento del impacto y el respeto por los procesos.
Me detengo en lo último, porque existen jugadores que cambian constantemente de entrenador, sin dejar que ningún cambo técnico, ni táctico, se consolide. No asumen nunca la responsabilidad que les cabe, cuando no consiguen sus objetivos.
El único culpable parece ser siempre otro, menos el que juega. ¡Insólito!
Se trató de tres visitas de alto nivel, con distintas visiones sobre el tenis.
En mi opinión, las diferencias de enfoque no los enfrentan de ninguna manera, sino que sus puntos de vista se complementan. Nadie es dueño de la verdad, incluso entre los que saben mucho.
Estas capacitaciones dejaron valiosos conocimientos y permitieron corroborar que existe enorme interés, entre los entrenadores locales, por aprender de gente de reconocida trayectoria.
Los profesores de Santiago concurrieron en masa. Pero también técnicos de todo Chile viajaron largas horas para estar presentes en estas jornadas.
Hablando de maestros como Frana, Luza y Stefanki, Stanislas Wawrinka le dio una verdadera clase a Christian Garín, en Roland Garros.
El chileno se vio desbordado por el ritmo del suizo, que se cansó de ganar puntos con su magnífico revés.
Probablemente, esta derrota resultó dolorosa para el mejor tenista nacional de la actualidad. No por haber perdido, sino por cómo se dio el trámite del match.
Sin embargo, son este tipo de tropiezos los que arrojan las más preciadas enseñanzas.
Pero esa es otra historia.
Arturo Núñez del Prado
Profesor de Tenis
Periodista
arturondp@gmail.com