El otro día, me preguntaron a qué atribuía yo la falta de figuras que hubo en el tenis nacional, entre el retiro de Nicolás Massú y Fernando González, hasta la irrupción de Christian Garín y Nicolás Jarry.
Lo primero que se me vino a la cabeza fue que la Federación de Tenis de Chile no cuenta, hace tiempo, con un centro donde jugadores en desarrollo puedan entrenar siempre, supervisadamente, y con alojamiento si fuera necesario.
Alguna vez esta entidad tuvo algo así, pero imagino que problemas económicos, entre otros, han imposibilitado que se vuelva a implementar una idea como ésa. Y por esta falencia, son muchos los talentos que se han perdido.
Quienes han destacado en el tenis, en general, han surgido producto de esfuerzos familiares. Como se trata de un deporte caro, los que se encuentran en condiciones de costear esos gastos son pocos.
Ahí emerge, a mi juicio, un argumento de peso que explica la carencia de jugadores nacionales de renombre por largos años.
Lo segundo es que cuando el país no ostenta tenistas con buen ranking ATP, no se produce el efecto imitación y el número de cultores de la disciplina decae ostensiblemente, con lo que la posibilidad que surjan nuevas estrellas disminuye de manera exponencial.
Este mismo fenómeno se hacía presente también en el desaparecido torneo ATP de Viña del Mar, pero con una variante. Una vez que los chilenos eran eliminados, la cantidad de espectadores se reducía de forma drástica, por más que en el cuadro quedaran jugadores extranjeros de calidad.
Ahora bien, ¿qué está haciendo la federación para que, tras el retiro de Jarry y Garín, no se vuelva a producir un vacío, en cuanto al recambio? ¿Se ha diseñado un plan enfocado en ese objetivo?
No lo sé.
No digo que no se esté haciendo nada, o que no exista un proyecto que apunte al futuro. Solo afirmo que, si lo hay, no me encuentro al tanto.
Chile siempre ha tenido grandes entrenadores. No se debe olvidar que Marcelo Ríos, Nicolás Massú, Christian Garín y tantos otros han sido formados acá.
Y ahora también contamos con destacados profesionales de la enseñanza, en los diferentes clubes y academias, donde se gesta el tenis en el país. Así que resulta muy probable que vuelvan a surgir figuras de talla mundial.
Pero para que esto no se dé solo de tarde en tarde hoy, que Jarry y Garín tienen todavía muchos años de carrera por delante, es el momento que todos los actores (coaches, deportistas y dirigentes) trabajen de manera mancomunada.
¿Cómo aprovechar el nuevo impulso que ambos jugadores le están dando al tenis?
Todos estamos felices con su exitoso presente y hay que disfrutarlo. Pero también es el momento de tirar líneas y planificar el futuro, para que no se produzca un vacío cuando Jarry y Garín ya no estén, pues no serán eternos.
Al tenis se le presenta una nueva oportunidad para hacer mejor las cosas esta vez.
¿Sabrá aprovecharla?
Arturo Núñez del Prado
Periodista
Profesor de Tenis
arturondp@gmail.com