Escuchar sobre la Federación de Tenis de Chile (Fetech) es sinónimo de inconvenientes. Envuelta en un sinfín de acusaciones, líos dirigenciales –aún no hay una mesa directiva- e inclusive procesos judiciales, la máxima organización del tenis chileno está en un caos total. Sin embargo, esta semana las dependencias del Parque Tenis Cerro Colorado fue sede de lo que todos queremos que sea: de tenis.
Con 82 competidores divididos en cuatro cuadros, se realizó la prequaly para el primer torneo Futuro del año en nuestro país, a desarrollarse en Curicó entre el 20 y 26 de noviembre. Organizada por la Fetech y Tenis Chile, esta competencia otorgó un Wild Card al cuadro principal para el ganador Víctor Nuñez, además de tres invitaciones para la qualy al finalista Bruno Faletto y los semifinalistas Javier Naser y David Fleming.
El día miércoles se jugaron los cuartos de final del certamen. Nublado como casi todo el mes de octubre, los cuatro duelos se jugaron al simultáneo en las canchas 7, 8, 9 y 10. Así es, uno al lado del otro. De vez en cuando había que parar un punto porque se metía una pelota de otra cancha. Qué importaba. La clasificación a un torneo profesional estaba en juego. Cualquier cosa es soportable.
La tarde fue un espectáculo de tenis para quien disfruta de este deporte, más allá de los flashes, autógrafos y multimillonarios torneos que se ven en TV. No, aquí el juego era distinto. Por decirlo de algún modo, puro. En estas instancias, el juego desfila de un lado a otro entre lo amateur y lo profesional; desde cuando tomaste la raqueta por primera vez, hasta cuando ganaste por primera vez un torneo y supiste que querías más, que podías llegar lejos. O al menos intentarlo.
Cerca de 20 personas estuvieron presentes este día. La gran mayoría familiares y amigos. Es que cuando hay que apoyar a un ser querido vamos hasta con la abuelita que está en la cama. Y eso te ayuda, te da aliento y motivación. A veces mucho y, sumado al estrés del partido, hace que cometas locuras. Pregúntenle si no a Bruno Faletto, que entre todos se llevó el premio al más hablador. Y no es un reproche, ¿quién no ha puteado durante un partido?
A eso de las cinco de la tarde, con una hora de descanso de por medio, se jugaron las semis. El encargado -y árbitro cuando se lo requería-, Luis Romero estaba nervioso. Es que no hay luz artificial en el recinto, y a las 7:30 ya empieza a oscurecer. Había que terminar los partidos a como dé lugar, órdenes de arriba. Encima, Víctor Nuñez le reclamaba sobre la malla: “recién ahora pusiste los palos (para subir la red)”. Romero no quería más.
La jornada estaba casi cerrándose, y la tensión subía cada vez más. Algunos, en vez de hablar, se muestran calmados como monjes budistas. Pero a veces explotan. David Fleming es uno de ellos, y tras ir 5-0 abajo en el segundo set –había ganado el primero- desató toda su ira contra su raqueta. Javier Naser, en tanto, se controlaba de hacer lo mismo, sólo que en vez de pegarle al suelo azotaba las pocas hojas de un arbusto que sobresalían a la cancha. No importa muchachos, clasificaron a la qualy, les queda otra chance.
Por: Iván Sandoval