Con la mente un poco más fría y con la moral por el suelo, Felipe Hernández se pone de pie para tratar de explicar y abordar el golpe más duro de su carrera.
“Me hicieron el test antidoping en Junio del año pasado, cuando jugaba el M15 de Quito, venía de obtener mis primeros puntos ATP en el Challenger de Concepción y el M15 de Cochabamba con mucho esfuerzo personal y de mi familia” comienza el tenista.
En ese torneo le hicieron el test a todos los jugadores posterior a la primera ronda del cuadro principal, era el primero en la carrera del chileno y el resultado positivo fue por Nandrolona, una sustancia que es reconocida por el crecimiento muscular.
“Habían 2 escenarios, una carne que podría haber consumido en algún sitio, o bien, de suplementos deportivos que yo ingerí. En ninguno de los dos casos pudimos probar por lo costoso del trámite y por lo difícil que es sustentar mi hipótesis” continúa Hernández.
“En el caso de la carne tendría que haber viajado a Ecuador a conseguir la carne, comprobar que la comí y mandarla a examinar para comprobar si tenía Nandrolona, todo esto 2-3 meses después del anti doping que me hicieron” relata el tenista.
En chile no hay laboratorios WADA acreditados, el más cercano está en Brasil y Montreal, enviarlos tenía un costo de $1.500 dólares sin tener la seguridad de tener éxito en la prueba.
“En Chile es prácticamente imposible, no solo por que no hay laboratorios WADA sino porque el único que podía analizarlos es el INTA de la Universidad de Chile que cobra cerca de $10.000.000 por sustancia, es muy complicado poder demostrar la inocencia”.
“Pretendo seguir jugando tenis, estoy haciendo clases y entrenando cuando puedo, quiero seguir jugando los RUN y ver que va pasando, siempre mi objetivo fue dedicarme al tenis, esto fue un balde de agua fría”.