Conoce más sobre la vida del mejor tenista chileno del momento, quien es el cuarto integrante de su familia con historial en el ATP World Tour.
Nicolás Jarry Fillol se enfrentó a los 17 años a una encrucijada familiar y deportiva. Su abuelo Jaime Fillol Durán —leyenda del tenis chileno— y su entrenador Martín Rodríguez tenían visiones diferentes sobre el estilo y las formas de practicar el tenis. Entonces Nicolás no sabía si obedecer a su héroe y ejemplo a seguir o acatar las instrucciones diarias de los entrenamientos. Le preocupaba herir a alguno y poner en peligro la armonía familiar, pues su abuelo era al mismo tiempo el suegro del entrenador. Pero si quería continuar en ascenso en el ATP World Tour debía enfocarse en una sola voz.
“Mi suegro les enseñó a todos sus nietos a jugar tenis desde chiquitos, incluyendo a mis hijos. Y tiene una visión distinta a la mía”, recuerda el argentino Martín Rodríguez, quien ocupó el puesto No. 71 en 1999. “Por ejemplo, él habla de posturas, de estar más levantado. Yo digo que hay que estar más agachado. Entonces a Nico le generaba angustia tener que hacernos caso a los dos. Y un día vio que tenía que hablar con él”.
Nicolás Jarry, el mayor de cinco hijos, nació en una familia con una gran afición por el deporte. Practicó fútbol, rugby, deportes sobre nieve, ciclismo, gimnasia. Jugó voleibol por herencia de sus padres Alan y Cecilia. “Las vacaciones en playa, por ejemplo, incluían maletas llenas de diferentes pelotas para jugar entre nosotros. Incluso nos gustaba surfear”, recuerda Nicolás. En conclusión, le gustaba moverse. Por eso no le faltaban los patines ni la Scooter.
El tenis le gustaba y sabía que lo llevaba en la sangre porque su tío abuelo Álvaro Fillol (No. 102 en 1984) y su tío Jaime Fillol Hangstrom (No. 861 en 2001) también compitieron en el ATP World Tour. Sin embargo, el tenis no era su prioridad.
“No era fanático ni veía partidos. Mi hermano menor Diego sí lo es, ama el tenis desde siempre, lo tiene claro desde chiquito. A mí me empezó a gustar más que el resto de deportes con el paso del tiempo. A los 16 años fue que me di cuenta de que tenía potencial al ver que yo entrenaba dos horas diarias y le ganaba en los torneos a rivales dedicados por completo. Ahí me decidí por el tenis”, recuerda Nicolás en conversación con ATPWorldTour.com.
Si eligió el tenis entre tantas alternativas fue precisamente gracias a que su abuelo se lo había cultivado en el corazón mucho tiempo atrás. Como Nicolás fue su primer nieto, Jaime Fillol se empeñó en contagiarle la pasión. Siendo 50 años mayor, peloteaba con él en la entrada de la casa, en el jardín y en los pasillos del interior. En parte para entretenerlo, en parte para explicarle los diferentes escenarios del tenis: cemento, hierba y canchas bajo techo. Jaime ya lo estaba preparando para el futuro.
“Mi abuelo era director de los torneos en Chile y a los tres meses de haber nacido tuve mi primera credencial ATP del torneo de Viña del Mar. Todo fue gracias a él. Jugaba conmigo los fines de semana, me llevó al US Open y a Wimbledon en 2005, y pude ver todo al interior. Pedía muchos autógrafos y una vez me tomé una foto con Rafa Nadal cuando él tenía pelo largo. Mi abuelo poco a poco me fue convenciendo de que me metiera en el tenis”, añade Nicolás, nacido en Santiago de Chile en 1995.
Al crecer oyendo anécdotas sobre las gestas de su abuelo en las décadas de los 70 y 80 (en las que ganó siete títulos en el ATP World Tour) y sobre su caballerosidad por fuera de las pistas, decidió que quería emularlo. Lo decretó como un proyecto de vida. “Se convirtió en mi modelo a seguir”, acepta Nicolás. Pero en enero del 2013, debido a la encrucijada, se vio en la necesidad de pedirle con dolor y dulzura que no opinara más sobre su juego.
—Tata, no me hables más de tenis—, le dijo Nicolás al No. 14 del mundo en 1974. En resumidas cuentas, le pidió que solo fuera su abuelo.
“Nico fue muy valiente al atreverse a hablar con su abuelo. Me sorprendió, pero me pareció bien. Hacer todo lo posible por mejorar tu tenis es clave en un jugador”, añade el entrenador Martín Rodríguez. No todos son capaces de reubicar a sus héroes. Pero Nicolás Jarry dio una muestra más de su carácter y los resultados avalaron su decisión.
En noviembre del 2017, por ejemplo, irrumpió por primera vez en el Top 100 del Emirates ATP Rankings, convirtiéndose en el decimotercer chileno en conseguirlo. Y en el segundo de su dinastía. Eso sí, así quiera dejar una huella auténtica en el ATP World Tour, el espejo y el ejemplo de su abuelo siempre lo van a perseguir.
Sabías que… Nicolás Jarry comenzará su temporada 2018 participando en el Challenger de Pune, India y luego estará en el Abierto de Australia, donde buscará su primer triunfo de Grand Slam. Ver calendario completo del 2018.
FUENTE: atpworldtour.com