El capitán chileno de Copa Davis se define como un perfeccionista que no deja al azar ningún detalle. No quiere que el triunfo por 5-0 sobre los dominicanos nuble las perspectivas, porque todavía hay un trabajo que desarrollar. Además, destaca la labor y motivación de Marcelo Ríos.
No hay relajo para Nicolás Massú. A pesar del 5-0 sobre República Dominicana, que significó el avance a semifinales de la Zona Americana I, el capitán del equipo chileno de Copa Davis ya piensa en la llave ante Colombia, en julio, el mayor desafío desde que asumió la responsabilidad junto a Marcelo Ríos.
¿Cuál es su sensación después de dos años al frente del equipo?
Estoy contento. La verdad es que se ha hecho un muy buen trabajo y se ha ganado la serie: cinco series seguidas 5-0 y las últimas dos sin perder un set. Los jugadores han ido avanzando, hay que acordarse de dónde empezamos y dónde estamos ahora. Estamos en la mejor posición desde que llegamos. El principal objetivo era subir al Grupo Uno y se subió; el segundo, era mantenerse y nos mantuvimos con este triunfo. Y tercero, después de mantenerse en el Grupo Uno, que los jugadores se desarrollen para poder aspirar en algún momento a estar en el Grupo Mundial. Si eso llega antes, bienvenido sea. Pero ya estamos en el grupo donde tenemos que estar, con los rivales que tenemos que enfrentar, y ahora ya depende mucho del desarrollo de los jugadores que tenemos. Depende mucho del momento. Ahora enfrentamos a un rival muy complicado, pero es rico jugar con equipos duros.
Los tenistas chilenos han tenido un buen inicio de temporada.
Creo que los chilenos tienen cuatro meses para estar en el circuito y mejorar. Tenemos seis, siete u ocho jugadores muy parejos, y vamos a enfrentar a un equipo duro que tiene cinco tenistas de mucho nivel. Pero bueno, creo que los primeros pasos se han cumplido.
Colombia es el rival más duro hasta ahora. ¿Qué han conversado con Marcelo Ríos?
Más que pensar tanto en el resultado de Chile-Colombia, en que todos queremos ganar, también hay un trabajo, y ese trabajo tiene que seguir avanzando y los jugadores desarrollándose. Y si ganamos, increíble. Y si no es así, hay que seguir trabajando de la misma manera, porque se ha hecho un gran trabajo. Independientemente del resultado, también hay que pensar en el trabajo, más allá de que haya un éxtasis por haber vencido. En el deporte se gana o se pierde y, en el momento en que nos toque caer, hay que seguir trabajando igual. Estoy muy motivado y el Chino también. Recién llevamos dos años y es importante que hayamos tenido una variedad de jugadores, el apoyo de sus entrenadores y el de un equipo multidisciplinario, que lleva muchos años en esto y que ha sabido estar arriba y abajo.
¿Cuál siente que es su mayor aporte al equipo?
Yo creo que traspasar la experiencia de todo lo que vivimos con el Chino. Yo jugué 17 años en Copa Davis y Marcelo también estuvo muchos años. Pienso que él tiene una manera de ver el tenis muy importante; siempre va un segundo antes, es muy rápido en la cancha. Yo estudio los partidos, sigo a los jugadores… Vivo el tenis las 24 horas, me meto a internet, veo los resultados, los jóvenes que vienen, cómo jugar… Ahora nos medimos con Colombia, y el partido lo empiezo a jugar mañana (hoy). Mañana empiezo a hablar con Marcelo, y él está muy enfocado. También tenemos que ver dónde creemos que es la mejor opción para jugar, deportivamente hablando. Hay que estar encima y seguir todos los detalles.
¿Cómo proyecta el futuro de este grupo?
Siempre he sido un tipo positivo y creo que les irá bien. Ellos son el futuro del tenis y también están los que vienen de atrás. Es súper importante el trabajo que hacen con sus propios entrenadores, que son los que viajan el 95 por ciento del año con ellos. Nosotros tratamos de aportarles lo que más podemos. Uno trata de estar cerca de ellos y, en estos dos años, uno los va conociendo más. Estamos avanzando, pero hay que estar tranquilos en el triunfo y en la derrota, hay que ser consecuentes e ir paso a paso.
¿Siente que ha cambiado como entrenador y capitán?
Sigo siendo el mismo. Jugué 17 años Copa Davis. Siguen los nervios, la presión de ganar… Como capitán es distinto, pero cuando estoy en la silla siento que estoy jugando el partido con ellos. La Copa Davis más complicada fue la primera, porque pasaron tres meses desde cuando me retiré, y quería jugarla. Pero me gusta, es una pasión, estoy las 24 horas pendiente del tenis y esto es un paso en mi carrera. El día de mañana quiero ser uno de los mejores entrenadores del mundo. A mí no me gusta perder en nada, siempre me gusta ser ganador. Si pierdo, le doy mil vueltas a por qué perdí y soy autocrítico y perfeccionista. Y si gano, sigo viendo qué estoy haciendo bien y qué no. Es mi manera de ver el tenis; el tenis tiene una adrenalina que sólo encuentro en una cancha.
FUENTE: latercera.com