E n una mañana soleada en el estadio Croata, el ex doblista Martín Rodríguez, canoso, acaba de terminar un entrenamiento. Viene saliendo de una gripe, pero tiene voz para conversar de su pupilo más famoso, Nicolás Jarry (44º desde hoy). “Estoy sorprendido para bien, porque se ha superado lo que planteábamos a principio de año. Tiene nivel para crecer mucho más, pero lo está haciendo bastante rápido y me pone contento”.
-¿Cómo trabaja Nicolás hoy?
“La planificación en el desarrollo de ‘Nico’ ha tenido el mismo enfoque. Cuando uno confía en el potencial de un jugador, apunta a un proceso largo. La parte mental se ha trabajado mucho. Él tiene el mismo sicólogo desde hace seis años, y aunque ha andado muy bien, va a tener sus altibajos como cualquiera”.
-Ha sido su gran fortaleza.
“La parte mental ha pasado por distintas etapas, pero se trata de entender cómo son las cosas, y él lo logra. Ahora está preocupado de todo. Físicamente está muy fuerte y aunque piensen que se cansa mucho, revisen bien, porque casi nunca pierde un partido por cansancio. Le puede ganar a (Dominic) Thiem, ahora, ¿cómo hacemos para que juegue todos los partidos así?”.
-En lo táctico, usted le pide a Nicolás que juegue suelto, aunque falle.
“Totalmente. El otro día contra Thiem, él prácticamente respondía lo que hacía ‘Nico’. No lograba proponer. Esa es la idea, que cada vez falle menos. Pero fallar menos depende de cómo juegue tácticamente. Muchas veces falla porque se equivoca en cómo tiene que jugar. Por eso es importante que alguien lo acompañe para que refuerce las ideas”.
-¿Qué aspecto es el que más le preocupa actualmente?
“Lo que más me preocupa, en el aspecto tenístico, es que afine su táctica. Sus tiros hacen tanto daño que todavía se desarma un poco, pero como gana igual, le cuesta identificar eso, por eso seguimos trabajando”.
-¿Qué le falta a Jarry para dar otro salto de calidad?
“Le falta visualizar a su rival, identificar cuando está tenso, tranquilo, esas cosas. Él todavía juega solo, sintiendo el momento. Es algo que se lo dará la cantidad de partidos”.
-¿Cómo proyecta el trabajo con su servicio?
“‘Nico’ tiene un tremendo saque, pero no es un sacador. Cuando hablo de sacador, no me refiero a un jugador al que no le devuelvan el saque, sino que hablo de Roger Federer, un tenista al que es muy difícil romperle el servicio. A ‘Nico’ todavía le falta un poco de tiempo. Pero no es por la técnica, sino que es por saber lo que provoca su saque. Por eso tiene esa irregularidad. Los cambios que le vamos haciendo son bien simples, solo que la mayoría de la gente no entiende”.
-¿Rendir en cemento es una deuda del año?
“Sí, pero también tiene una explicación lógica. Desde que ‘Nico’ es chico, por su físico y su forma de jugar, uno puede decir, sin miedo a equivocarse, que su estilo de juego es para canchas rápidas. Mi teoría es que si uno enfoca a un tenista muy joven en canchas rápidas, no termina de desarrollar bien su juego. Porque eso sería solo tener un par de tiros y ganar rápido, y no se formaría bien. Por eso el enfoque siempre fue la arcilla, donde lo está haciendo extremadamente bien. La mayoría de los jugadores lo hace así”.
-¿No le preocupa que todas las semanas juegue singles y dobles?
“Yo tengo la idea, en base a mi experiencia, aun considerando que yo no tenía los cuidados que él tiene, que el dobles no desgasta en nada y ayuda a trabajar un montón de detalles que sirven para el singles. Yo lo incentivo a que juegue todo el tiempo, salvo que llegue un punto en el que haya tanta expectativa de ranking en el singles, que lo haga no jugar, pero hoy no es el caso”.
-¿Existe una relación entrenador-pupilo y otra tío-sobrino o son inseparables?
“Es una relación que nació por un lazo familiar, más que de tenis, y así sigue siendo. Yo sigo siendo más tío que entrenador, en todo sentido. Al momento de darle consejos, no solo en tenis, también en la vida, me involucro. Me siento con el derecho, como con cualquier otro sobrino”.
-¿Tiene temor a que tanta familiaridad algún día desgaste su relación?
“El temor no lo tengo, pero quizás un día Nicolás no estará conforme conmigo y sería muy incómodo que me diga que no quiere trabajar conmigo. O viceversa. Sería muy incómodo, porque si no hay relación de familia, es mucho más fácil echar a una persona. No me asusta, pero podría pasar y ojalá me dé cuenta antes, porque para él sería complicado terminar. Siempre le digo que no sienta ninguna obligación”.
” Él me deja que lo guíe, absolutamente. Si le digo ‘tírate de cabeza’, lo hace. No sé cuanto influye lo familiar, pero hasta ahora está dando resultados”.
” La meta para este año era terminar top 100, pero solo con puntos ATP. En tres meses ya lo había conseguido, entonces ya no pensamos tanto en eso”.
44º del mundo apareció hoy el “Príncipe”, el puesto más alto de su carrera.
334 aces ha conseguido el nacional en esta temporada.
Por: Raúl Andrade
Fuente: Diario el Mercurio