Tras su victoria de hoy Nicolás Jarry (94°de la ATP) se instaló este viernes en las semifinales del torneo ATP 500 de Río de Janeiro, en Brasil, tras superar en sets consecutivos al uruguayo Pablo Cuevas (33°), campeón de este certamen en 2016 sin apelaciones: 7-5 y 6-3, en una hora y 23 minutos de juego.
Con este resultado, llega a la primera semifinal de su carrera en un torneo ATP en singles. No sólo eso, sumará 132 puntos gracias a esta victoria, por lo que subirá al puesto 72 del ránking mundial, el mejor de su carrera.
A partir de esta muy buena noticia, creo que hace rato que dejó de ser el “nieto” de Jaime Fillol…hoy brilla con luces propias. Está en un proceso de consolidación, después de un 2017 de despegue, hoy debe capitalizar lo que vino siendo una promesa, sueño, quimera o simplemente, la concreción de todo lo que se vino hablando de él.
Nicolás Jarry siempre llegó con una sorprendente antelación a entrenar…Mario Soto, su preparador físico ha destacado su disposición y profesionalismo para investigar hasta el más mínimo detalle en todo lo que respecta a trabajos antes durante y después de los partidos, preparación de torneos, incluso nutrición y temas técnicos. Martín Rodríguez dio fe de aquello en nota realizada por Tenis Chile (VER NOTA).
Además, innovó en muchos aspectos y logró sobreponerse a imponderables en la carrera del tenista como las lesiones y los malos resultados. En 2015, al final de su segundo año profesional, se lesionó de la muñeca y al año siguiente remó contra la corriente y trató de regresar a su ranking natural de ese entonces (170°). Sin embargo vino lo peor y casi llegó al sótano (cerca del 600° ATP): Jugaba Futures y venía sin confianza. Fueron momentos muy duros, pero supo convivir con ello y se levantó una y otra vez.
Incluso aguantó el salpicón de los “opinólogos” del teclado y se sacó la etiqueta de “arrugón” tras perder en la Cachantun Cup del año pasado en el partido decisivo y de cada derrota sacó una enseñanza, tanto en la gira de arcilla (Estoril perdió ajustadamente con Escobedo) como lo acontecido en Roland Garros y Wimbledon dieron para soñar y creer en una proyección.
Y la revancha llegó en Santiago, jugando de local y acallando a todos aquellos que alguna vez lo tildaron de “cagón”. Venía de una gira por China muy dura donde no ganó ni un partido, en Montevideo perdió en segunda ronda, pero las ganas estaban y meterse entre los cien mejores jugadores del circuito muy al alcance de la mano. La presión era agobiante y logró levantar la copa en el Movistar Open. Primera gran meta lograda: de ser el top 100 que juega Challengers a ser un top100 que juega ATP.
2018 también le está dando revanchas, tras un Australian Open para el olvido, vino la Copa Davis donde una vez más salió victorioso y la gira sudamericana que hoy lo ha llevado a un nuevo status. Más allá de los resultados, estamos ante un Jarry fresco, con buena movilidad, todo terreno, con disposición a trabajar los puntos y principalmente agresivo, aunque falle no cambia su patrón de juego y eso se agradece.
Se apega fielmente al perfil Next Gen, agresivo, tratando de tomar siempre la iniciativa, no espera que el rival falle (contra García López o Ramos Vinolas eso es imposible) y está tratando de posicionarse en la cancha buscando diagonales e incluso subiendo a la red. Tomar la pelota lo antes posible parece ser la premisa. En cuanto al servicio que era una de mis aprehensiones, la modificación tiene como asidero el lograr un impacto más limpio, lo cual le da un poco más de precisión y hasta quizás de potencia. “No es un cambio es que acorto el gesto”, me aclaró Martín Rodríguez.
Veamos las estadísticas: contra Cuevas 4 aces; 2 dobles faltas; 70% puntos ganados con primer servicio; 69% porcentaje total con el primero y juegos ganados con su servicio un 100% y salvó los 4 break points que tuvo en contra. Se entiende que algunos de estos puntos no fueron saques directos, pero voy al manejo de situaciones y como enfrenta este tipo de instancias de juego.
¿Qué queda ahora? Lo que comentamos largamente durante el año pasado, lograr consolidarse en una categoría mayor de torneos, acostumbrarse a la rigurosidad de ese nivel, la velocidad de pelota y mentalidad para enfrentar situaciones extremas. Eso lo da la experiencia, pero hay que estar ahí y quedarse. Ojo con la rigurosidad del calendario, hay que estar alerta en lo físico, pero tiene un gran equipo detrás -reitero- y una interacción constante con cada uno de ellos.
Para seguir creciendo ahora a esperar por Gaël Monfils o lo que sería un interesante adelanto de Copa Davis ante Diego Schwartzman, quien ya debe estar replanteándose lo señalado a la prensa trasandina respecto a la estrategia de la superficie. Me alegra y da mucha esperanza el contar con un equipo nacional cada vez más fuerte, con este nuevo status de Jarry, más dos top en dobles como Hans Podlipnik y Julio Peralta y Christian Garin retomando su nivel. No dejar al margen a Sáez que siempre estuvo ahí, Lama que debería reinsertarse y Barrios que creo subirá esta temporada.
Por: Rodrigo Sánchez