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2024-09-11

Columna de Arturo Núñez: “De todo un poco”

En esta columna abordaré varios temas, que me parecen importantes.

La mayor parte de los jugadores de club, tiene problemas con la consistencia o regularidad.

Sin embargo, veo que algunos están preocupados de detalles como el grosor de la cuerda, junto al patrón de encordado y el ancho del marco de la raqueta, en circunstancias que sus dificultades se vinculan con lo básico: mantener la pelota en juego.

Creo que la cuerda, el marco y el patrón de encordado son preocupaciones válidas, pero hay que abocarse a ellas una vez que se exhiba una cierta solidez en el juego.

Lo primero es aprender a jugar tenis, con buena técnica en todos los golpes, y lograr sostener un peloteo.

Luego vienen los detalles, que ayudan a perfeccionar el juego.

Y si lo que se desea es mejorar, pienso que el teléfono móvil ayuda poco.

Estoy convencido que el uso excesivo del celular, cansa visual y mentalmente a los tenistas.

Aunque no lo noten, llegan a entrenar con una cierta fatiga que les impide tener un óptimo grado concentración en las prácticas.

Ya que toqué el tema de los entrenamientos, existe un punto en el que me detendré.

Al profesor le corresponde enseñar la técnica y la táctica.

Pero su labor no se reduce solo a eso.

El entrenador es también el responsable de crear la atmósfera necesaria, para que el aprendizaje ocurra con facilidad.

Por lo tanto, el profesor sería una suerte de gestor, o administrador, emocional.

Su incidencia en ese aspecto resulta clave, pues el rendimiento depende, en gran medida, del estado anímico del jugador.

Por último, me voy a referir a algo que no me gusta.

He visto a jugadores profesionales entrenando sin polera, y me desagrada.

No porque jueguen muy bien, debieran poder hacerlo a torso desnudo.

No se trata del nivel de juego del tenista.

Se trata del respeto, y educación, que se deben mantener en una cancha de tenis.

Tampoco me gusta ver, en los torneos ATP, a jugadores que utilizan poleras sin mangas, tipo musculosas.

Está permitido, pero no me gusta.

Esto es tenis, señores.

Y creo que ciertas tradiciones no se deben perder.

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